23 – FAKE

PUBLICADO EL 25-2-2014

Wells y Kubrick.  Estos son algunos de los TT que se ubicaban en los puestos más altos de twitter tras la emisión del incendiario “Operación Palace” que impactó frontalmente en la sobrecena dominical española. El primero abrió el camino con su genial locución radiofónica de “La guerra de los mundos”, la ficticia invasión extraterrestre que puso patas arriba Nueva Jersey en 1938 . El segundo, se prestó (como Garci) a interpretar al director de la escenificación de la falsa llegada del hombre a la luna en el documental estadounidense “Operación Luna”, inspiración directa del documental que nos ocupa.

¿Que comparten el 23 F y la llegada a la Luna? Nada en absoluto. Pero son acontecimientos que generan toneladas de teorías conspiranoicas “ikerjimenistas”. Los hilos sueltos que quedan en ambos tienen una longitud suficiente para permitir al intrépido periodista tirar hasta donde su imaginario quiera. No se han cortado y eso crea escepticismo, y el escepticismo puede producir ficción. Una ficción puede ser disparatada o creíble, y para que funcionase su experimento Évole y su equipo se decantaron por la segunda opción, dando una vuelta más en la utilización de la «caja tonta» como mecanismo de sobrexcitación. Y es que a mi, “Operación Palace” me ha parecido un magnífico producto televisivo. Ahí se debe quedar, sin más vueltas de hoja. Un producto televisivo que funcionó. Punto.

Funcionó porque de entrada es bastante verosímil. Y si es creíble es que se fundamenta en algo que flota en el imaginario colectivo. Si a esto sumamos que aún a día de hoy no se pueden consultar los documentos del sumario sobre el golpe y que varias personalidades se prestaron a intervenir en la farsa, tenemos la ensalada aliñada. Sólo hacía falta remover.

Algo no nos creemos o no nos queremos creer en lo que nos han venido contando, ya que solo bastaron 10 minutos de emisión para que el “bah,si eso yo ya lo sabía..”fuera vomitado por las gargantas de miles de españolitos desde su sofá. O desde su smartphone, como la incombustible tuitstar Bea Talegón, que incluso lo había leído en un libro. Pero seamos sinceros, nos lo tragamos porque estas cosas nos ponen. Esa reunión que abre el documental, el giro cómico hacia el montaje de Garci (hilarante), pasando por la teoría de la tozudez de Carrillo al no agacharse. El morbo iba in cresciendo hasta el estallido final. La verdad generó espumarajos en muchas bocas:“es una puta vergüenza”, decían algunos. Lo cierto es que sólo habían trascurrido unos minutos desde que esa misma boca estaba abierta de espasmo contemplando unos hechos que creía a pies juntillas. El periodista catalán había ganado, abriendo seguidamente y como colofón un monólogo explicando el montaje con una media sonrisa. Lo que faltaba en la mesa para servir el debate.

Dicen, que tras esto Évole ha perdido credibilidad. Yo creo que ni un ápice, ya que se trata de un experimento, una mentira premeditada y concebida como producto final intencionado. Totalmente ajena a la marca «Salvados» que goza de una salud periodística al alcance de muy pocos. Pero oye, allá cada uno. Enric González escribe hoy en Jot Down sobre el tema, así que me ahorro darle una vuelta más.

Por último no me resisto a resaltar la factura del rodaje, y es que eso es otro cantar. El equipo de Jordi es el mejor a día de hoy sin discusiones. Cada plano, cada diálogo, cada empalme de tomas son cátedra televisiva. Amén de la habilidad del catalán para enganchar a gente de tanto peso en sus proyectos. A nadie le gusta que le engañen, pero cuando lo hacen con tal maestría solo queda quitarse el tricornio.